En Cuba, el gobierno no censura directamente las redes sociales, pero las vigila intensamente, castigando a aquellos que se atreven a criticar al régimen. Recientemente, cinco cubanos han sido arrestados y sentenciados a prisión por expresar su descontento en plataformas como Facebook, en una clara violación de los derechos humanos y de la libertad de expresión.
El caso de Arony Yanko García Valdés, un enfermero de 31 años y padre de tres hijos, es un ejemplo de la represión gubernamental. Fue sentenciado por el Tribunal Municipal de Santa Clara a un año y medio de prisión por desacato agravado. Su delito: haber compartido un meme en su perfil de Facebook con imágenes de los líderes cubanos Miguel Díaz-Canel, Raúl Castro y el primer ministro Manuel Marrero.
Mayelín Rodríguez Prado, de 23 años, recibió una sentencia aún más severa: 15 años de prisión. Fue acusada de “sedición” y difusión de “propaganda enemiga” por transmitir un video de una protesta en la ciudad de Nuevitas, Camagüey, en agosto de 2022. Este caso ilustra cómo el gobierno cubano castiga duramente cualquier acto de disidencia pública.
Otro caso reciente es el de Gustavo Mena Artola, conocido en Santa Clara como San Lázaro Vigía por su labor de rescate de perros. Fue arrestado la semana pasada tras publicar en Facebook un mensaje en el que instaba a los residentes de la ciudad a protestar contra los prolongados apagones, que han sido motivo de creciente frustración entre la población cubana.
Sulmira Martínez, una joven de 22 años, también fue detenida por sus publicaciones en Facebook. En sus mensajes, animaba a los cubanos a salir a la calle para protestar contra el régimen de Miguel Díaz-Canel y repetir un estallido similar al del 11 de julio de 2021. Este acto de expresión en redes sociales le ha costado su libertad.
Finalmente, Manuel Hidalgo Cabrales fue arrestado en Las Tunas tras publicar en Facebook una queja sobre los apagones en su localidad. El tribunal le negó la solicitud de fianza, lo que significa que deberá permanecer en prisión mientras se desarrolla la investigación en su contra. Su publicación, en la que expresaba el descontento generalizado, le ha llevado a enfrentar una dura respuesta del régimen.
Estos casos reflejan la cruda realidad de la censura en Cuba, donde la libertad de expresión está gravemente restringida. Las detenciones y condenas de estos cinco ciudadanos constituyen una violación flagrante de los derechos humanos, demostrando cómo el gobierno utiliza la vigilancia de las redes sociales para silenciar a quienes se atreven a levantar la voz contra la injusticia. Hay que tener en cuenta de que existen muchos más casos que no se mencionaron aquí.