Las quejas sobre la calidad de los servicios de ETECSA crecen día a día en redes sociales, y con razón. Caídas del servicio, lentitud extrema, interrupciones constantes y zonas de apagón digital han convertido la conectividad en Cuba en una fuente diaria de frustración. Sin embargo, la empresa estatal de telecomunicaciones asegura que la culpa no es suya: responsabiliza a factores externos como el bloqueo económico, el aumento del consumo, interferencias ilegales e incluso el vandalismo.
En una reciente aparición en el programa Mesa Redonda, directivos de ETECSA ofrecieron una explicación “desde dentro” sobre el estado de los servicios. Kevin Castro Rodríguez, Director Adjunto de la Vicepresidencia de Operaciones de la Red, apuntó que las inversiones en infraestructura se han visto seriamente afectadas desde 2022 por la falta de divisas y las sanciones económicas impuestas a Cuba.
“Nuestras fuentes de ingresos en divisas se han visto seriamente afectadas. ¿Eso qué significa? Se ha hecho muy difícil continuar con el marco inversionista que desarrollamos hasta el año 2022”, dijo Castro.
Uno de los argumentos centrales de ETECSA es que la red actual no está preparada para el crecimiento exponencial en la cantidad de usuarios y en el consumo de datos. En otras palabras, hay más gente queriendo conectarse, pero la red sigue siendo la misma.
Pese a que se han realizado esfuerzos por modernizar el sistema, ETECSA admite que no ha sido suficiente, especialmente en zonas como La Habana, donde la congestión es evidente. Allí, más de 1,9 millones de personas usan la red celular, 68 mil tienen Nauta Hogar y más de 450 mil líneas están activas en la telefonía fija.
Otro de los factores que ETECSA considera claves en los fallos es la “interferencia externa” causada por antenas ilegales y equipos no certificados que generan “celdas interferidas”, especialmente en La Habana, donde el 12% de la red móvil está afectada por este fenómeno.
Además, la empresa denuncia un aumento en los actos vandálicos contra su infraestructura: desde cortes de fibra óptica, sustracción de baterías, hasta postes telefónicos quemados o derribados. Solo en 2024 se reportaron 47 incidentes graves en La Habana, y en los primeros tres meses de 2025 ya van 10 casos similares.
“En muchos casos no hay ingenuidad. Restablecemos los servicios y en menos de 24 horas nos vuelven a dañar los cables en algún lugar”, señaló Pedro Luis Lozada Morales, director territorial en el sur de la capital.
ETECSA afirma que esos ataques no solo afectan a la empresa, sino a millones de cubanos que dependen de los servicios para estudiar, trabajar y comunicarse. Un corte reciente en Camagüey, según los directivos, provocó pérdidas superiores a los 16 millones de pesos en solo seis horas.
A mediados de 2023, ETECSA anunció con entusiasmo la entrada en funcionamiento del cable submarino Arimao, un proyecto desarrollado en conjunto con la empresa francesa Orange S.A., que prometía mejorar significativamente la calidad de la conexión en Cuba. Sin embargo, tras su puesta en marcha, muchos usuarios no percibieron mejoras sustanciales en la velocidad ni en la estabilidad del servicio. Por el contrario, las quejas por lentitud, interrupciones y congestión de la red continuaron e incluso se intensificaron en algunas zonas, generando dudas sobre la efectividad real del cable y la gestión técnica detrás de su implementación.
ETECSA insiste en que está comprometida con la mejora continua y que trabaja en coordinación con el Ministerio del Interior para frenar los actos vandálicos y proteger la infraestructura. Sin embargo, no se ofrecieron fechas concretas ni medidas nuevas que alivien la experiencia cotidiana de los usuarios.
ETECSA, la única empresa autorizada a operar servicios de telecomunicaciones en Cuba, mantiene un estricto control sobre el acceso a internet en la isla. Las autoridades han advertido que el uso de servicios alternativos como Starlink, que ofrecen conexión satelital independiente, está prohibido y puede acarrear sanciones severas para quienes intenten utilizarlos.
A pesar de las promesas de mejora, como la implementación del cable submarino Arimao en colaboración con la empresa francesa Orange S.A., los usuarios no han experimentado mejoras significativas en la calidad de la conexión. Por el contrario, las quejas por lentitud, interrupciones y congestión de la red han persistido e incluso se han intensificado en algunas áreas.
Speedtest Global Index de Ookla ubica a Cuba entre los países con la conexión a Internet más del mundo.